Este año ha ocurrido un fenómeno extraordinario, algunas alubias se han hibridado de forma natural.
¿Qué es esto de la hibridación? Pues no es ni más ni menos que un proceso por el que dos especies o variedades se mezclan para formar una nueva.
En el caso de las alubias, como había un surco de alubias blancas próximas a las alubias rojas se ha favorecido, inconscientemente, que durante la polinización tuviera lugar esta hibridación. La polinización es la fase en la que el polen, bien por el efecto del agua, del viento o de los insectos, se intercambia entre las flores de las plantas y posibilita su fecundación dando lugar al desarrollo de semillas y del fruto.
La nueva variedad obtenida es una alubia cuyo fondo recorre una curiosa gama de colores que va desde el morado al azul grisáceo o incluso gris. Tiene motas blancas y rayas negras.
Es tan alargada como la alubia blanca y con la panza tan rellena como la alubia pinta.
Hemos llegado a conseguir aproximadamente medio kilo de estas alubias. Las vamos a guardar para sembrarlas el próximo año. Tenemos un debate muy intenso acerca de su futuro. Mi tío Jesús dice que no darán fruto; mi padre dice que las siembre y que así podremos ver si producen o no; Alberto, que es un chico que tiene una huerta ecológica en Amurrio, me dijo que el fruto que den será o alubia pinta o alubia blanca; y mi primo Iñaki dice que si hacemos caso a las leyes de Mendel, obtendremos un 75 % de alubias pintas y blancas y un 25% de la nueva clase.
¿Qué ocurrirá? Tendremos que esperar a la próxima cosecha, y, en caso de que fructifique y multipliquemos la nueva variedad, nuestros deberes serán:
1 ¡Probarlas! y comprobar su calidad culinaria. Dicen que los híbridos heredan las cualidades de sus padres, no obstante, será preciso confirmarlo y ver si esta nueva alubia obtiene buena nota en las catas.
2 E ir depurando la variedad y conociendo si se adapta bien al medio.
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