¡Este año ha sido preciso recorrer la finca hasta tres veces, en diferentes ocasiones, para ir luchando contra las malas hierbas!
En agosto las malas hierbas han querido volver a predominar atestiguando eso de que «mala hierba, nunca muere».
LAS MALAS HIERBAS MÁS COMUNES
A continuación voy a mostraros algunas de las malas hierbas más comunes en nuestra zona:

A estas hierbas en nuestro pueblo las llaman pinachos y, en el pueblo de al lado, ciruelos. La abuela los llamaba chopos e intuyo que pueden recibir infinidad de nombres en el argot común, pero si hacemos caso a su nombre técnico, se trata del Chenopodium Album L. o cenizo blanco.
Si ha llegado a crecer algún pinacho entre las alubias adquiriendo tal envergadura, ¡NO SE DEBE ARRANCAR DE RAIZ CUANDO SON TAN GRANDES! porque es posible que afecte también a las raíces de las alubias. En tal caso, lo mejor es segarlo con la hoz.
Los que muestro en la foto crecían en los bordes de la finca, no obstante, también encontramos algún que otro cenizo campando perennemente a sus anchas entre mata y mata de legumbre. Mi padre dice que estas malas hierbas son las peores, las que más pueden afectar al cultivo de la alubia, por la sombra que proyectan y por lo absorbentes que pueden resultar.

Estas enredaderas que se parecen a la correhuela pero que, según muestran diferentes registros en internet es otra especie y parece recibir el nombre científico de «Polygonum Convolvulus» o «Fallopia Convolvulus«, son latosas pero no excesivamente nocivas.
Al parecer, el nombre común con el que se conoce a esta enredadera es polígono trepador.
Las solemos arrancar cuando son pequeñas, antes de que se conviertan en mantos extensos, pero si queda alguna y corre la suerte de llegar a ser tan grande, el único perjuicio que causan es que hacen que te enredes los pies cuando vas por el surco. Son plantas que se secan prácticamente al mismo tiempo que lo hace la planta de la alubia por lo que, a la hora de la cosecha, apenas son perceptibles.

Y esto es un cardo, no sé si es un cardo mariano u otro tipo, pero lo que sí tengo claro es que debes llevar unos buenos guantes para recogerlos.
Si son pequeños se pueden sacar de raíz, pero si ya han crecido bastante, como ocurre con el pinacho o cenizo blanco, lo más adecuado es cortar el tallo.
Resultan bastante desagradables a la hora de recoger la cosecha, y más aún si decides tomar asiento entre surco y surco para recoger alguna vaina y no te has percatado de que hay alguno en el sitio escogido para aposentar las nalgas.
