CULTIVAR ALUBIAS
Han cambiado muchas cosas desde que iniciamos nuestra andadura en la producción ecológica de alubia, pero aún conservamos gran parte del laborioso trabajo artesano.
ANTES: LA SIEMBRA
Iniciamos nuestra andadura sembrando manualmente, pero al ampliar la zona destinada a este cultivo pasamos a usar una sembradora de grano.
AHORA: LA SIEMBRA
Como las labores de escarda nos sobrepasaban hemos comenzado a usar un acolchado plástico para controlar las «malas hierbas».
ANTES: LA ESCARDA
Año tras año, al no echar herbicidas, las «malas hierbas» se descontrolaron. Entre surco y surco se pasaba el motocultor y luego entre alubia y alubia se limpiaba a mano.
AHORA: LA ESCARDA
Aunque los cardos son indestructibles y siempre buscan un resquicio por donde salir, el plástico ha controlado mucho la nacencia de adventicias. Esta tarea de limpieza la seguimos haciendo a mano.
ANTES: COSECHA
Antes se recogían las matas de la finca, se extendían en el almacén hasta que se secaban y se arrancaban las vainas a mano. Golpeándolas sobre mantas se desgranaban y, por último, se aventaban para limpiar las cáscaras e impurezas.
NUESTRO SECRETO
Realmente se trata de un secreto a voces:

LA TIERRA
Elegir unos terrenos apropiados (aquí el buen ojo y la experiencia de una familia de agricultores cuenta mucho) y rotar la siembra de este cultivo alternándola con periodos de barbecho (descanso de la tierra) y/o con abonos verdes.

LA SEMILLA
Disponer de una buena semilla.
Escogemos las alubias más tersas, de color más vivo y aspecto más robusto de cada producción anual.

CADA COSA EN SU MOMENTO
Mimar cada uno de los procesos del cultivo y selección de la alubia y concederles sus tiempos. No sirven prisas, no sirven artimañas ni tretas para acelerar las fases. Hay que esperar a que cada ciclo del periodo de crecimiento y maduración concluya por sí solo.
Mimamos nuestro trabajo

CULTIVO ECOLÓGICO
Cultivamos de forma ecológica sin usar herbicidas, insecticidas o fitosanitarios químicos.
Cuando la amenaza se cierne sobre el horizonte…
Y hay un último factor en el que no podemos intervenir: el tiempo, la climatología.
Para saber capearlo, solo queda confiar en el destino.
ALGUNOS DATOS DEL CULTIVO
Variedades de alubia
Metros cuadrados sembrados
Años de tradición