SIGUIENDO LA TRADICIÓN AGRICULTORA

De agricultoras tradicionales a la agricultura integrada  y, después, vuelta a la agricultura ecológica

Abuela productora de alubias

ABUELA

Agricultora Senior

Madre agricultora de alubias

MADRE

Agricultora Ejecutiva

Hija agricultora siguiendo la tradición

HIJA

Aprendiz y recuperadora

LA HISTORIA DE UN RETO

Esta es la historia de un reto personal. Empezó como una lucha con la conciencia de una misma (la mía) y se transformó en un pulso con quienes podían ayudarme a ponerlo en marcha (mi familia).

Vengo de una familia de agricultores en la que no he había seguido la tradición familiar. Aunque en casa nos ha tocado colaborar en muy pequeña medida con alguna de las tareas el campo, todo lo que se refiere a la preparación de la tierra o los cuidados de los sembrados, me quedaba grande, pero mis padres se encargaron de que se fueran acortando las distancias.

El día que, en el pueblo, sugerí utilizar un pequeño trocito de tierra para sembrar alubias, como anteriormente hicieron mis abuelos, me miraron como si me hubiera dado un grandísimo golpe en la cabeza y estuviera diciendo barbaridades.

¿Y por qué no?

La verdad es que al final no tuve que esforzarme mucho en que dieran el brazo a torcer. Es más, acabaron implicándose absolutamente todos en el proceso: mi padre aró, retobateó (*) e hizo surcos para sembrar patatas y me cedió un pequeño espacio; mi abuela se encargó de buscar la semilla que ella consideraba más adecuada y nos indicó cómo sembrarla; y mi madre directamente se vino con nosotros a la finca y nos enseñó a poner en práctica la teoría de la abuela. Durante aquel verano, la familia paseaba rumbo a la finca de las alubias. En el fondo, se convirtió en un reto para todos.

Al principio, en la familia se burlaban y decían que las alubias no iban ni a nacer.  Una vez que nacieron, me decían que no iban a echar flor. Después de que echaron flor, auguraron que las alubias no iban a granar. Después de que granaran me decían que no llegarían a madurar. Y, así, pese a estas predicciones tan agoreras, acabamos recogiendo durante aquel primer año alrededor de 100 kilos de alubias rojas y unos 40 de alubias blancas.

 

(*) Retobatear: Dejar la tierra suelta y libre de hierbas y de raíces de cosechas anteriores.

Y RETO TRAS RETO:
CAMINANDO HACIA LA AGRICULTURA ECOLÓGICA A GRAN ESCALA

Tras tres años haciendo pequeñas incursiones en el mundo de la agricultura «natural,» porque decidí no utilizar herbicidas e insecticidas en el cultivo de la alubia, opté por dar un paso más allá y formalizar los papeles para obtener el certificado de producción ecológica. Fue en 2014 cuando hice esta elección al mismo tiempo que daba un paso hacia el abismo intentando poner en marcha una agricultura «extensiva» ecológica. Pasar de cultivar 900 metros cuadrados de alubias a cultivar más de 6.800 no ha sido una tarea fácil.

Hemos aprendido mucho desde aquel inicio y aún nos queda mucho por descubrir. Somos los «chalados» que cada año ponemos en marcha una nueva forma de hacer las cosas buscando cómo gestionar eficazmente las tareas de siembra, escarda o recolecta sin perder de vista la idiosincrasia ecológica.

Alubia Losina
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